2 ago 2009

De los cuatro tontos que no sabían para dónde ir...

y llegaron a Almuñécar...




Y es que fuimos tontos porque no sabíamos que camino coger de Málaga a Almuñécar. Un poco más y llegamos a Murcia vía Córdoba, sin exagerar!...Pero bueno, el caso es que llegamos...

Y fue Almuñecar por invitación de la chikitina (ole!) así que no nos lo pensamos dos veces, hicimos la maleta con dos bañadores y tres pareos y a la playa!

Aprendimos que para ir a Almuñécar había que coger la carretera que va a Almería y a una hora y poco depués la encuentras. Es un pueblecito muy encantador. Los pueblos con mar tienen un encanto diferente pese a ser pueblo turístico.

Llegamos el sábado y nos alojamos en el Hotel Helios 3*, un hotelito sencillo pero en primera línea de playa. La comida era muy normalita pero comible. Depués directos a la playa. La playa de Almuñercar es de pidrecitas y con un agua clara. Los chirinquitos de el paseo marítimo están intercalados con Churrerías...no se por qué pero en esta tierra son famosas las Churrerías y la verdad es que las cosas que se veían no tenían mala pinta...pero no se, no me veo comiendo churros a 30 grados....Hacía levante por lo que había más olas de la cuenta pero el día era agradable y recargamos muchas fuerzas.

Después de una tardecita de playa fuimos al hotel...ducha, vestido, cena y a bailar!

En Almuñécar hay un lugar de marcha justo al lado de la playa, en los bajos del paseo marítimo y aunque hacía un airecito bastante fresquito, nosotros nos animamos y fuimos a tomar algo. En los "bajos" hay muchos pub, algunos típicos y otros muy singulares. Y para los interesados las copas son baratas y regalan chupitos. Por la noche el paseo marítimo está plagado de puestecillos y mucha gente paseando buscando el fresquito.

Una "urgencia" me hizo tener que buscar un farmacia de guardia y esto hizo que pudieramos ver el centro del pueblo. Es precioso. Las calles son estrechas, blancas, con bodegas y tiendecitas pequeñas y pastelerías!

Lo mejor de todo el fin de semana por supuesto, la compañía, y dormir a 25 grados de temperatura escuchando las olas del mar...no tiene parangón.